Tres formas cóncavas que se ven a lo lejos, volando, parece un viaje excitante esto del parapente. Quiero atreverme a hacerlo, me dan ganas de volar, aunque, siempre le he tenido miedo a la altura. Esta brisa miraflorina no solo me refresca, también me da ánimos para todo.
Diviso el puente Villena, ahora cercado por mallas metálicas para evitar que la gente salte en busca del descanso eterno. Dentro de unos minutos debo cruzarlo para llegar al motivo, en forma de oficina, que me trajo de vuelta a este bello distrito. Vivir de lo que más me gusta hacer es lo que busco. Hacía allá vamos.
Puente Villena, Miraflores (Lima)
5 comentarios:
Que hermoso ambiente.
Como que es hora de remontar.
Volar es como ir por el amor después del amor. Si vale la pena.
tienes razón Raul..es hora de remontar
saludos
vale la pena el amor?..entonces vale la pena TODO?
Vale la pena el amor?
Permíteme ceer que a veces sí, a veces no.
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