25 noviembre 2008

GN'R - quince años depués

En la noche del sábado 22 me encontraba frente al computador, eran como las diez. En la pantalla se mostraba un reloj que incluía días, horas, minutos y segundos. El tiempo estaba en cuenta regresiva. El objetivo llegar a la hora 0, al minuto 0, al segundo 0, al tan esperado 23 de noviembre. La página web era la de los Guns N’ Roses, a punto de lanzar oficialmente su tan esperado Chinese Democracy.

Por fin llegamos a las cero horas del domingo, del día “D”. Lo celebré con el alma en la garganta, con el corazón a punto de salir corriendo. Han pasado quince años desde el último disco de los Guns. Era solo un niño cuando tuve en mis manos el casete del “Spaguetti Incident” (1993), ahora soy un joven, un adulto joven. La espera ha sido eterna. ¿Valió la pena? Pues, ahora me siento como el adolescente melómano que ya quiere tener el disco en sus manos. Sentir el oxígeno de aquellos años prístinos hace que el disco valga oro para mí. Sí valió la pena. Para el próximo no demoren tanto.

17 noviembre 2008

Cerca, Rosario siempre estuvo cerca

Ahorita estoy sentado en el pasto, bajo la protección de un joven árbol, observando el río Paraná. Esta brisa me refresca mucho, es una recompensa por los días calurosos que he padecido en esta bella Rosario. Rosario, la tierra del che Guevara, de Fito Páez, del negro Olmedo y de Evita Perón. También, es una de las ciudades más culturales de la Argentina y la que alberga a sus mujeres más bellas.

No he querido entrar a una playa privada. Me parece extraño pagar por entrar a una playa. Yo vengo de una ciudad con puerto, a tres horas de Lima, hay playas limpias, acogedoras, tranquilas, gratuitas e ideales para acampar, son playas de mar. En cambio esta es una playa de río y artificial; no vale la pena pagar ni siquiera un peso por ella. Mejor estoy por los alrededores, contemplando al oscuro Paraná.

11 noviembre 2008

El Subte

A Lukre no le gusta viajar en subte. Dice que es un viaje triste, monótono, no hay paisaje que mirar. TODOS SE MIRAN PERO A LA VEZ NO SE MIRAN. Todos juntos, pegados, sin mirarse de verdad. Tampoco hay espacio para los diálogos.

Miradas al vacio, lecturas de libros y diarios, cruces de ojos inoportunos aunque felizmente rápidos. De vez en cuando un vendedor, a veces un borracho o alguien que huele mal. Todos tenemos prisa. El subte no se ha hecho para compartir o conocer, solo para viajar, solo para continuar la monotonía de nuestras vidas.